domingo, 22 de abril de 2018

Palabras mayores a cargo de menores: los niños que narran

En tiempos que nos atrevemos a hablar de la igualdad como antes no había sucedido, también va hacia el terreno de los chicos. En su inocencia y en su acotado conocimiento del universo (en cuanto a trayectoria en el mundo) solemos sobreprotegerlos y creerlos no aptos para discutir algunos temas.

Es por esto que les dejo algunos ejemplos de niños protagonistas que son narradores y que han metabolizado. Si bien los autores son adultos, la mirada de un chico es la que enaltece a estos relatos y les da otro vuelo. Hoy, a lo mejor, puede abrir otros espacios para pensar. ¿Para qué sería la literatura si no?

1) Pip - Grandes Esperanzas de Charles Dickens


Este niño es el vehículo de todas las impresiones que tenemos de una mujer despechada y de lo que significa el amor para quien quiere proteger a lo amado. Es un chico desamparado a su suerte, a un mundo que no quiere protegerlo ni le interesa su supervivencia y un día es parte del experimento de esta mujer con su tierno corazón. 

Solo Dickens podía hacer algo tan luminoso de un entorno tan sórdido. 

2) Charlie - Las ventajas de ser invisible de Stephen Chbosky 


El diario íntimo como manera de purgar, de conocerse, de poder decir lo que nadie más te aconsejaría que dijeras en el mundo real. Otra vez el amor daña a estos chicos pero le permiten, al mismo tiempo, encontrar un amor que sane. Y así volverse infinitos. 

3) Los 7 - It de Stephen King


Que cada uno de estos chicos vea a It de una forma diferente, es hablar de los miedos más palpables. En sus propias palabras encontramos el miedo a crecer (muy presente en Beverly y nada despreciable que lo sienta, considerando que la sangre implica que se convierte en mujer y los hombres que solo pueden aprovecharse de eso, siempre serán monstruos). Me gusta el poder que le da a ella en cuanto a que no tiene miedo de la criatura pero logra enfrentarse cuando se da cuenta de que eso mismo a lo que le teme, es la salida. 

Y estos chicos logran, aún así, el verano de sus vidas y una misión para mantenerse vivos. 

4) Juvenilia de Miguel Cané



Las memorias del propio autor en el colegio Nacional de Buenos Aires deben ser de las más nostálgicas. A través de él, descubrimos los pasillos, los juegos y los códigos de un grupo de chicos que terminan siendo uno de los mejores recuerdos del propio autor. Una forma de contarnos cómo llegó a ser el hombre que es y es a causa del niño que ha sabido ser. 

5) Jerusha Abbot - Papaíto piernas largas de Jean Jebster


Esta novela a la distancia no me parece ya tan romántica como era antes. Honestamente, me parece un poco perverso, pero sí: esta chica crece en un colegio pupilo y escribe a este hombre que es un benefactor que ella no conoce. Pasa el tiempo y ella crece y él, que esperó que ella sea mayor de edad, resulta que ahí da la cara. La última carta de ella deja en claro que finalmente inicia el romance. Pero a través de ella, la ilusión del primer amor es imposible que no te envuelva. 

6) El guardián entre el centeno - JD Salinger 


Otro narrador pero esta vez es la pérdida de la inocencia de un chico que se escapa solo para estar tres días en Nueva York y se encuentra con lo sórdido de sus calles y con el mundo sin amor. De mis libros favoritos en la vida. Si no lo leíste, no te lo pierdas. 

¿Qué libros recomendarían? 

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