miércoles, 16 de mayo de 2018

Siesta correntina






La siesta. Esa hora horrenda en la que te obligan a dormir. Para reforzar el horror, los demonios más endemoniados circulan a esa hora. El que le tiene miedo a la noche no entiende. El tema es la siesta. El Pomberito, la pileta apenas terminás de comer, el cintarazo que te ligás de papá.

Pero ellas no se podían aguantar. Las tres amaban jugar a la siesta entre susurros. Era su plan, su escondite a plena luz del día.

—La clave es qué tan rápido podés correr, cuando cualquiera de los tres demonios viene a buscarte —decía Mariana, la mayor, a sus hermanas—. Apenas escuches cualquier ruido, metete en la cama.
A veces, si hacía falta, lo hacían empapadas de la pileta.

Como Pilar, la más chiquita, no entendía nunca cómo se le podía ganar a tres fuerzas naturales como el cinto de papá, el Pombero y ni hablar de la muerte súbita por contacto de H2O post almuerzo —casualmente esta probabilidad se reducía a cero si pasaba la hora—, Mariana se armó de paciencia, y se lo explicó con una historia que escuchó de su seño en el colegio.

—A ver, Pili, la cosa es así: no es qué tan fuerte es el otro, sino qué tan viva sos vos, ¿sabés? Como el zorro cuando se enfrenta al tigre.
—Pero, el tigre se lo va a comer.
—No, este no. Este es sobrino.
—¿Como Simba con Scar?
—Más o menos. En este caso el tigre estaba cansado de que el zorro le haga bullying todo el tiempo, entonces un día dijo que lo iba a pescar él y se iba a reír. Entonces se hizo el muerto y lo mandó a llamar para que mínimo lo llore.
—¿Pero…, ¿se murió?
—No, no, es de mentira. Así como cuando te decimos que sos adoptada.
—¿Y el zorro llora?
—El zorro va y le parece que hay algo raro. Entonces le hace un chiste y dice que si está muerto va a mover la cola.
—Pero los muertos no se mueven
—¡Ya sé! Dejame que termine: este sí se mueve, y con eso se da cuenta de que no está muerto y lo delata adelante de todos y se va rajando después para que el tigre no lo agarre.
—¿Vos decís entonces que corra en cuatro patas como el zorro si viene papá, el pombero o me muero en la pileta?
—Dejá nomás, Pili…, a alguna de las tres la tienen que agarrar.


*Este cuento salió a partir de un ejercicio para el seminario de Narrativas Contemporáneas dictado por Viviana Iriart en la Maestría de Creación y Comunicación Cultural.

domingo, 22 de abril de 2018

Palabras mayores a cargo de menores: los niños que narran

En tiempos que nos atrevemos a hablar de la igualdad como antes no había sucedido, también va hacia el terreno de los chicos. En su inocencia y en su acotado conocimiento del universo (en cuanto a trayectoria en el mundo) solemos sobreprotegerlos y creerlos no aptos para discutir algunos temas.

Es por esto que les dejo algunos ejemplos de niños protagonistas que son narradores y que han metabolizado. Si bien los autores son adultos, la mirada de un chico es la que enaltece a estos relatos y les da otro vuelo. Hoy, a lo mejor, puede abrir otros espacios para pensar. ¿Para qué sería la literatura si no?

1) Pip - Grandes Esperanzas de Charles Dickens


Este niño es el vehículo de todas las impresiones que tenemos de una mujer despechada y de lo que significa el amor para quien quiere proteger a lo amado. Es un chico desamparado a su suerte, a un mundo que no quiere protegerlo ni le interesa su supervivencia y un día es parte del experimento de esta mujer con su tierno corazón. 

Solo Dickens podía hacer algo tan luminoso de un entorno tan sórdido. 

2) Charlie - Las ventajas de ser invisible de Stephen Chbosky 


El diario íntimo como manera de purgar, de conocerse, de poder decir lo que nadie más te aconsejaría que dijeras en el mundo real. Otra vez el amor daña a estos chicos pero le permiten, al mismo tiempo, encontrar un amor que sane. Y así volverse infinitos. 

3) Los 7 - It de Stephen King


Que cada uno de estos chicos vea a It de una forma diferente, es hablar de los miedos más palpables. En sus propias palabras encontramos el miedo a crecer (muy presente en Beverly y nada despreciable que lo sienta, considerando que la sangre implica que se convierte en mujer y los hombres que solo pueden aprovecharse de eso, siempre serán monstruos). Me gusta el poder que le da a ella en cuanto a que no tiene miedo de la criatura pero logra enfrentarse cuando se da cuenta de que eso mismo a lo que le teme, es la salida. 

Y estos chicos logran, aún así, el verano de sus vidas y una misión para mantenerse vivos. 

4) Juvenilia de Miguel Cané



Las memorias del propio autor en el colegio Nacional de Buenos Aires deben ser de las más nostálgicas. A través de él, descubrimos los pasillos, los juegos y los códigos de un grupo de chicos que terminan siendo uno de los mejores recuerdos del propio autor. Una forma de contarnos cómo llegó a ser el hombre que es y es a causa del niño que ha sabido ser. 

5) Jerusha Abbot - Papaíto piernas largas de Jean Jebster


Esta novela a la distancia no me parece ya tan romántica como era antes. Honestamente, me parece un poco perverso, pero sí: esta chica crece en un colegio pupilo y escribe a este hombre que es un benefactor que ella no conoce. Pasa el tiempo y ella crece y él, que esperó que ella sea mayor de edad, resulta que ahí da la cara. La última carta de ella deja en claro que finalmente inicia el romance. Pero a través de ella, la ilusión del primer amor es imposible que no te envuelva. 

6) El guardián entre el centeno - JD Salinger 


Otro narrador pero esta vez es la pérdida de la inocencia de un chico que se escapa solo para estar tres días en Nueva York y se encuentra con lo sórdido de sus calles y con el mundo sin amor. De mis libros favoritos en la vida. Si no lo leíste, no te lo pierdas. 

¿Qué libros recomendarían? 

Siesta correntina

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